PEQUEÑAS AYUDAS O TIPS ANTE LA ANSIEDAD

La ansiedad es una de las sensaciones más comunes y desagradables que padecen las personas. Es uno de los trastornos más comunes en la población general.

Es una  reacción emocional que consiste en sentimientos de tensión, aprehensión, nerviosismo y preocupación que causan una activación del sistema nervioso autónomo.

Tiene la capacidad de anticiparse antes de que ocurra algún evento, lo que provoca que sea una sensación muy incómoda.

Es un triple sistema de respuesta donde nos afecta a un nivel subjetivo, a nivel fisiológico y a nivel motor, así que puede a la vez en los tres sistemas o de manera independiente.

Cuando tenemos ansiedad, experimentamos como un pensamiento desagradable, que sentimos también en nuestro cuerpo por la aceleración cardiaca, dilatación pupilar, temblor y también por nuestra expresión facial, gestos y en la forma de evitar, huir o luchar.

La ansiedad se caracteriza por dos sensaciones predominantes.

La indefensión, que es la falta de control, de que no podemos hacer nada por evitar eventos internos y externos desagradables inminentes.

La incertidumbre, que es la sensación de desconocimiento respecto del futuro, el cual se presenta de manera desconcertante ante nosotros generando malestar.

Diferentes alternativas son consumir medicamentos, otra opción es asistir a una terapia, aunque también sea interesante que implementemos algunos cambios graduales en nuestro estilo de vida.

Si no te sientes listo para comprometerte con un tratamiento formal o aún estás inseguro en esta elección, tengo buenas noticias, pues sí hay muchas técnicas y consejos que puedes seguir para comenzar a reducir tu ansiedad.  Podríamos traducirlo como un autocuidado.

Sueño.   El sueño es uno de los indicativos al igual que la alimentación de que nuestra salud mental comienza a resentirse. El sueño además de proveer de descanso físico no da descanso emocional y mental, además de ser el momento en el que nuestro cerebro procesa mucho de las experiencias del día. Así que la falta de sueño o descansos inadecuados nos hacen prolongar los niveles de ansiedad. Nuestras pautas de sueño son las que nos van a ayudar a buscar una solución.

Técnicas de relajación o mindfulness.  Hay muchas estrategias de relajación que también son eficaces para reducir el estrés. La mayoría de las personas conocen de estas estrategias, pero en muchos casos las encuentran frustrantes y por ello dejan de usarlas. Lo que sucede, en general, es que estas técnicas sólo funcionan conforme las vamos practicando e interiorizando, como un entrenamiento.

Al principio, estamos muy atentos a cada ejercicio y nos prestamos demasiada atención, sin embargo, con el tiempo comienza a ser un proceso más automático y efectivo. Algunas de ellas son; Relajación Jacobson, respiración abdominal, entrenamiento autógeno (visualizaciones), Mindfulness o atención plena.

Alimentación. La buena alimentación es importante para todos. Combinada con la actividad física y un peso saludable, la buena alimentación es una forma excelente de ayudar a tu cuerpo a mantenerse fuerte y saludable.

Haz ejercicio. El ejercicio y la salud física es esencial para nuestra salud mental. El movimiento y la actividad física promueven un mejor flujo de sangre y aumentan la producción de neurotransmisores clave  para calmar la ansiedad y hacernos sentir considerablemente mejor. El ejercicio físico puede ser tan poderoso como cualquier medicamento, y si bien no es una cura permanente por sí solo, sí te va a ayudar a experimentar un alivio considerable.

Exposición a lo que pueda pasar. La exposición a los temores o miedos nos ayuda a desensibilizarnos y es una manera enfrentar nuestros temores. Claro, recuerda que la exposición es una manera de habituarnos a algo nuevo, por lo cual debe ser gradual.

Actividades saludables y la opción de expresarnos. Escuchar música, mirar la televisión, jugar videojuegos, practicar algún deporte, salir a pasear a nuestras mascotas, son otras maneras de prestar atención a cosas que son importantes en nuestra vida, como es el ocio o las actividades que nos gustan.  A veces las palabras no son suficientes y no nos basta con contarle nuestros problemas a nuestros seres queridos. Existen muchas maneras de expresarnos diferentes del habla, el arte o las manualidades, por ejemplo, son herramientas poderosas para reducir la ansiedad, pues te permiten expresarte de una manera terapéutica. Además, una vez que completas una obra o haz elaborado algún objeto, obtienes la alegría del logro, la cual es muy reconfortante.

Estos son tips que te pueden ayudar a ver la ansiedad desde otra perspectiva para cuando estés listo para buscar un tratamiento más completo y a largo plazo, recuerda que hay muchas opciones eficaces.

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